Ella taurina confesa.
Él le regaló una rosa
de plástico hecha con residuos
de tetrabrick.
Ella se hizo vegana
y en los días de nostalgia
pinchaba avellanas
con tenedores afilados.
Juntos recorrieron un amor
sembrado de dificultades
hasta alcanzar la paz final
y el huerto de sus antepasados.
Los dos tenían pueblo.
Ahora cuando su hijo
los visita en la tumba
les deja pétalos
de cacahuete
y les cuenta que la gente
aquí todavía se agrede.
En su epitafio puede leerse:
Aquí yace un matrimonio
que se desintegra feliz,
por momentos.
BSO. Complicidad, de Vanesa Martín.
Foto de Gertrudis Losada.
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