martes, 13 de noviembre de 2018

Renunciando a la otra



Ya no voy a ser 
quien yo creía que sería.

¿Quién era esa?
Alguien distinta a quien
soy ahora, claro.

Tampoco volveré 
a ser joven nunca más.
Obvia rémora.

Lluvia de añicos
y esquinas irreconocibles
en los anhelos infantiles
que fui coleccionando;
atesorando.

¡Todos a la hoguera!
¡Cenizas como perlas!

Ha llegado el día
de conducir sin venda.
De ser humilde
y aligerarle el peso
a los hombros de Atlas.

Lanzarse a la muchedumbre
descartando el legado de Casandra
y cual Penélope reformada,
destejer más que tejer,
poner a subasta los restos
del cofre del tesoro.

Atravesar sin pudor
las fronteras del poema
para establecerse
en el lugar donde habita
la realidad real.

Y la realidad real
ahora es el otoño
de mi renuncia.

Pero aún faltan lágrimas.


1 comentario:

Aggi dijo...

Y entonces llorarás ! Y bronces atravesaras las fronteras del poema ! Y entonces serás POEMA!!!