Busco el animal
que me lleve a la escritura
garra y colmillo,
hincar mis urpas en la palabra,
sangrar en cada verso
el cuerpo vivo
de una presa que grita.
¡Que el poema agonice!
¡Que el poema sobreviva!
¡Que el poema mate!
Gemir en el placer
tanto como en el dolor.
Abril en canal
sobre las piedras
del matadero
y electrocutar los cuerpos
hasta que las almas
asciendan a los cielos
¡Que el poema celebre!
¡Que el poema sane!
¡Que el poema arranque
verdad a la vida
y a la muerte!
ORIGEN y DESTINO del libro Tenemos que hablar y otros cuentos sentimentales
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Las primeras salidas nocturnas por el ambiente las hice tarde. Primero me
enamoré con veintidós años de alguien que no pudo o no quiso corresponderme
com...
Hace 1 mes
4 comentarios:
Creo que todo eso sucedió en este mismo poema...
un abrazo
Qué guay que me digas eso! Un saludo afectuoso!
Pasé por aquí y me gustó.
:)
:)
:)
Fantástico, Natalia, espero que vuelvas...
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