Hay un sueño llamado perfección,
los grandes totalitarismos
lo buscaron,
luego más tarde
fueron bulimias, anorexias,
arte y otras demencias
Me persigue su sombra
alargada con la guadaña
en mano y la pistola
en el sexo
Y aunque dios le dijo
a Sara que no se volviera
vivo exhaustivamente
de espaldas
poseída por la manía
persecutoria
de su lúgubre y parasitaria
influencia
invisible
cayendo sobre mi centro
Enloquezco a veces
si me alcanza
mis mecanismos de defensa
-tan rudimentarios
y antiguos-
son sólo convidados de piedra
Y cada vez que pica a la puerta
y me habla con la dulce voz
de lo completo
sé que estoy perdida
Aparta de mí ese cáliz
ORIGEN y DESTINO del libro Tenemos que hablar y otros cuentos sentimentales
-
Las primeras salidas nocturnas por el ambiente las hice tarde. Primero me
enamoré con veintidós años de alguien que no pudo o no quiso corresponderme
com...
Hace 2 meses
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