Hay un sueño llamado perfección,
los grandes totalitarismos
lo buscaron,
luego más tarde
fueron bulimias, anorexias,
arte y otras demencias
Me persigue su sombra
alargada con la guadaña
en mano y la pistola
en el sexo
Y aunque dios le dijo
a Sara que no se volviera
vivo exhaustivamente
de espaldas
poseída por la manía
persecutoria
de su lúgubre y parasitaria
influencia
invisible
cayendo sobre mi centro
Enloquezco a veces
si me alcanza
mis mecanismos de defensa
-tan rudimentarios
y antiguos-
son sólo convidados de piedra
Y cada vez que pica a la puerta
y me habla con la dulce voz
de lo completo
sé que estoy perdida
Aparta de mí ese cáliz
A I T A N A
-
Somos de la misma generación. Como escribí en La soledad de una isla (Entre
el cuarto oscuro y la utopía queer), de la generación de Los Ángeles de
Charlie...
Hace 5 meses
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