martes, 29 de marzo de 2011

¡Revélate en la pantalla o muere para siempre!

La calle empedrada de mi imaginación
donde los socavones proponen tierra negra
tu dulce sonrisa que atraviesa un cuchillo
esos abuelos huérfanos de nietos
esqueletizándose en los parques en construcción
los educadores sociales yonkis
que trapichean con jeringas contaminadas
una mujer gritando en el balcón
la luz oscura de mis pupilas
ciega de rabia y de compasión
¿Quién soy yo? Resuena la bofetada
la nube radioactiva que vence
las campañas de márqueting del veneno
y muchas, muchas ratas saliendo de sus cloacas
y alguna cucaracha hablando del puto fin del mundo
¿Y me preguntas qué siento?
¿Y me preguntas qué quiero?
Quiero no morir
Quiero un beso de vida libre
Quiero un sombrero de lujuria azul
Un barco en mitad del océano
Una luna ardiente derramando brújulas
Las llamas del deseo abierto en mi sexo inerte
Quiero tempestades de viento
que corrompan esta pasividad moral
Pero ya no lo quiero todo
sólo un poquito de un algo
cualquier cosa, un detalle minúsculo sobre la alfombra
migas de porvenir, un tumulto decapitado de esperanza
¡Y no me acuerdo de nada, blanco, blanco!
Quiero kilos de futuro
y un presente suicidante o suficiente
que vaya hacia el ocaso
¡Cientos de estrellas muertas
caen cada noche sobre mi cabeza!
Hierven torrentes de olvidos
encapsulados al puto vacío
y todos los bebés nacen silenciosos
ya nadie llora
¡Puta pena dónde te escondes?
Y sólo las esquinas voluptuosas
recuerdan la ventaja de la intersección
cuando no éramos solitarios
y los mensajeros eran de carne y hueso
¡El camarero no se entera
de cómo va mi café con leche, coño!
La culpa siempre es de los prescindibles
¡Una pistola!
¡Una pistola!
¡Balas, balas, balas supersónicas
volando hacia los corazones!
Cuanto de oportunismo dúctil
en este azucarado destierro
¡No me llames más desde ese puto
número oculto!
¡Da la cara!
¡Revélate en la pantalla
o muere para siempre!
¿Dónde coño está la puta pena?

Hay que estar jodida
para ver la vorágine de la luz
y aún así cuánto azul por ganar
y qué poco sabemos
de lo que realmente importa

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