jueves, 7 de abril de 2011

La grieta

En algún punto
un día se quebró
mi sentido naïf
de la vida
y en su grieta
penetró una amargura
molecular, cancerígena,
gangrena de meteoritos,
iceberg afilado
que abrió de par en par
la mirilla
de donde brotaron
el escepticismo
del foco eléctrico
el cinismo de una verdad
mil veces rediseñada
y esa cosa que tanto
nos gustaba entonces
y a la que bautizamos
entre vítores y burbujas
de alcohol como futuro

Y me di cuenta
de que dormir y beber
hace el mismo efecto:
pretendiendo escapar
el espejo siempre
devuelve tu imagen
desgastada por la mirada
del otro

Pero sigo mintiendo
con veracidad y a veces
consigo creerme la metamorfosis
que anhelo
y al amparo de la piedad
cuántica que se ubica
en más de dos puntos
a la vez
releeo mi diario
que todavía conserva
el estado de mi cadáver
intacto
y albergo una ínfima
esperanza de que las cosas
cambien y vayan a mejor

¿Serán cuentos chinos
de mi alma?

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